sábado, mayo 12, 2007

Preparados, aunque venga un solo huracán

Por Marisela Presa
Mayo 8 del 2007

El mes de mayo se presenta perturbador. Este es el periodo más intenso de preparación quizás pudiera decir sicológica de lo que será la temporada ciclónica.

Al final de este mes, desde hace ya unos cuantos años, los necesarios ejercicios para la preparación de la población y también de la economía para enfrentar diversos tipos de desastres.

Pero los más perturbadores, hasta ahora, en el área del Caribe, son los huracanes. Claro que no hemos olvidado ni un instante que también estamos en una zona sismogeneradora, que de vez en vez, lanza sus corcoveos, y pone a pensar a más de uno.

Más lo que me ocupa hoy son los huracanes.
El 2006 se fue bien. Bueno, porque ya casi en septiembre apareció El Niño que debilitó la aparición de huracanes al final de la temporada.

Según he estado leyendo, hay pronósticos no muy halagüeños para este 2007. Que también han predecido que será un período activo para esta cuenca del Atlántico.

Y decía Aunque venga un solo ciclón hay que estar preparado. No importa si es uno o 17, o los que pronostiquen los interpretadores del clima, lo importante es tener una preparación que nos permita preservar lo que hemos logrado, proteger a la gente, que nadie sea lastimado y que también nuestros bienes, adquiridos con muchísimo esfuerzo, estén a buen recaudo.

Por eso, aunque venga uno solo. Pero si ese viene cerca o sobre tierra, por algún descampado o por algún lugar poblado, siempre habrá algo que proteger.

Proteger no es de un momento para otro. Proteger lo que tenemos es un concepto, es una manera de actuar, de conocer que hacer en cada instante y de actuar de manera solidaria y conjunta para no dejar a nadie ni a nada por detrás.

En toda Cuba, desde Maisí a San Antonio tendremos los días 19 y 20 lo que los cubanos hemos llamado el Meteoro, algo así como una alegoría al fenómeno al que enfrentaremos. A veces en seco, otras en mojado de verdad. Y muchos a partir de un supuesto, pero siempre sobre un basamento de la realidad.

Lo interesante del asunto, es que la jornada se asume con gran seriedad, se organiza el programa, se proyectan medidas, se visualiza como realmente un fenómeno natural o provocado podría afectar a la comunidad, y cuáles son las acciones, las fuerzas y las respuestas que cada situación merece.

Bueno a lo que iba al inicio. Lo mejor que nos puede suceder es que no sea ninguno. Que ninguno de los huracanes que puedan ser pronosticados toque un punto de nuestra geografía. Pero si no podemos manejar a nuestro gusto ni a los paralelos ni a los meridianos, ni a las bajas ni a las altas presiones, ni al sentido de los vientos, ni podemos bajarle la temperatura al mar, entonces tendremos que estar preparados.

Y podemos hacer un poco más, contribuir también de cierta manera a preservar nuestro planeta para no contribuir a su destrucción, a sus variaciones de clima, a la fragilidad que se quiebra con el desconsiderado, vertiginoso y controvertido desarrollo de la depredadora especia humana.

Para ello se ha de estar preparado

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