jueves, abril 19, 2007

La verdad se sigue abriendo paso

Por Marisela Presa
Abril 19 del 2007

La verdad ha de abrirse paso y la opinión pública internacional y sobre todo las personas decentes en los Estados Unidos, respaldarán la demanda del pueblo de Cuba de que se aplique justicia y sea condenado por sus crímenes el terrorista Luis Posada Carriles.

Aquí en la oriental provincia cubana de Granma se ha seguido muy de cerca todo este proceso. Es más los granmenses conocen la negra historia de Posada, involucrado desde la artera invasión de Playa Girón, hasta el frustrado magnicidio que se pretendía ejecutar en el Paraninfo de la Universidad de Panamá contra del Presidente cubano Fidel Castro.

Son demasiado truculentos y terribles los crímenes de este personaje, pues muchas familias quedaron destruidas como resultados de los brutales crímenes cometidos en diversas situaciones.

A la altura de los 46 años de Playa Girón, quizás las jóvenes generaciones actuales no puedan aquilatar el peligro que vivió el pueblo cubano. Aviones, bombas, ametrallamiento, hombres sin alma venían a destruir a un pueblo que recién comenzaba a andar por la libertad.

Aquellas jornadas de Girón jamás podrán ser olvidadas. Quizás el impacto para quien era casi un infante haya sido más violento. Ver marchar a los hombres hacia el combate, imagine usted, sin saber todos cual era el sitio exacto donde este tenía su origen o mirar el cielo en espera que un racimo de metralla se desplomara sobre nuestras cabezas.

Girón fue mucho más allá de la Bahía de Cochinos, porque no quedó palmo que no estuviera alerta frente a la posibilidad real de ser blanco de las balas y la agresión del enemigo. Allí en las sombras del desconocimiento de la niñez floreciente, dejaba su huella el terrorismo y entre ellos el nombre de Posada Carriles, que muchas veces más teñiría la vida de sangre y de muerte.

Pero lo abominable de esta figura emergería, y resurgiría en cientos de ocasiones más.

Y cuanto amargor e impotencia al escuchar solo aquellas frases, las últimas, ensombrecidas por el ruido de unos motores que dejaban de andar, y aquel Felo pégate al agua, pégate al agua…..que se desvaneció en el éter, dejando tras si la estela igualmente de la muerte.

Posada, Posada, de que gen salió tu mezquindad para convertirte en torturador, en terrorista, en asesino de personas inocentes.

Y acá en el Museo de Cera de esta ciudad de Bayamo, la figura del joven italiano Di Celmo. Con su traje de atleta que el padre amoroso donó a los escultores. Y aquel día del encuentro, cuando el padre abrazó la figura que llevaba la ropa del hijo. Quizás olorosa aún a su cuerpo joven, que el terrorismo de Posada enterró para siempre y arrancó de los suyos.

Esos ojos claros de Fabio, abiertos a la vida, como la de los jóvenes atletas del equipo de esgrima, como tantos ojos jóvenes que pensaba destruir allá en el Paraninfo, para seguir enlutando hogares.

Esos recuerdos, los vividos porque fuimos testigos, y los conocidos porque conocimos la historia, siguen presentes para demandar la justicia, violada y violada por el imperio, que pretende acallar y proteger, bajo el ala del águila, la vileza y terror.

En la ya histórica Plaza de la Patria, que ha servicio de escenario a importantes jornadas Revolucionarias el pueblo de la capital granmense no pasará por alto el devenir de la historia, y como un haz cerrará filas para movilizar la opinión y fortalecer la lucha, condenando las argucias imperiales para liberar al terror.

La verdad en la Plaza de la Patria de Bayamo, como siempre, se abrirá paso.

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