Recuperan embalses granmenses 460 millones de metros cúbicos de agua de julio a octubre

Por Marisela Presa Sagué

Octubre 14 del 2005



Los embalses de la provincia de Granma se han recuperado en 460 millones de metros cúbicos de agua desde el paso del huracán Dennis, el ocho de julio hasta la fecha.

Los especialistas de Recursos Hidráulicos en la provincia consideran apreciable el incremento, pues el territorio padeció, durante un buen número de meses una sequía intensa que bajó el índice acumulado a solo un 25 por ciento de la capacidad de almacenaje, cómputo registrado en febrero de este año.

Granma que cuenta con una capacidad de embalse de 935 millones de metros cúbicos había visto colapsar varias de sus presas por la falta de precipitaciones.

Actualmente las presas granmenses están al 75 por ciento de sus posibilidades de acumular agua, unos 701 millones de metros cúbicos, volumen que se ha incrementado sistemáticamente dadas las precipitaciones registradas en casi todo el territorio, principalmente en las cuencas hidrográficas.

Con este acumulado se reportan ya cuatro embalses que vierten, Paso Malo, Corojo, Vicana y Cilantro, esta última lo hace por segunda ocasión luego de su terminación.

Acorde a los estudios, octubre mes de mayor norma histórica de precipitaciones en el territorio granmense tiene un comportamiento normal, con un acumulado del 86 por ciento de las lluvias promedio que se registran en esta etapa del año.

Contar con 460 millones de metros cúbicos más de julio a octubre, pone al territorio en condiciones de poder enfrentar el período de seca con un adecuado respaldo de agua para garantizar el abastecimiento de la población, así como las actividades productivas en la agricultura y la ganadería.

La sequía en Granma afectó considerablemente la producción agrícola, dejó sin abasto a cientos de comunidades, y limitó su uso a solo las actividades principales de la producción y el consumo humano, no obstante el concepto de ahorro del líquido continúa siendo un factor estratégico, pues las constantes variaciones del clima pueden traer consigo nuevos períodos de seca prolongada, para los cuales han de protegerse las reservas acuíferas.