jueves, junio 15, 2006

En la Plaza de la Patria de Bayamo, ya resuena el eco de las multitudes


Por Marisela Presa
Junio 15 del 2006
mpresa@enet.cu

En la Plaza de la Patria de Bayamo, resuena el eco de las multitudes, con banderas enarboladas, de múltiples colores, la enseña nacional, la del 26 de Julio, una y otra vez han resonado los firmes pasos de los bayameses, fortalecidos de su historia y de su estirpe.

Inaugurada en una primera etapa en 1982, cuando los granmenses recibieron aquel glorioso 26 de Julio al comandante en Jefe Fidel Castro, la Plaza de la Patria ha devenido en símbolo de esas potentes marchas revolucionarias, de la alegría popular, del más genuino quehacer artístico, de las históricas jornadas de las Tribunas Abiertas de la Revolución en todos estos años de la Batalla de Ideas.

Es una hermosa explanada circundada de vida, por donde la ciudad año por año ha crecido, latiendo al ritmo de la modernidad y de la belleza.

En su centro la monumental obra de José Ramón de Lázaro Bencomo, Delarra, escultor que dejó su impronta revolucionaria en magníficas obras monumentarias cubanas, como el Memorial al Che Guevara, en la Plaza de Santa Clara, al generalísimo Máximo Gómez, en la Escuela Vocacional de Camagüey, y cerca de 50 monumentos en todo el país, entre ellos los dedicados a Federico Engels, y a José Martí en Pinar del Río; a batallas heroicas de la guerra de liberación nacional y a hechos de relieve mundial como el erigido a las víctimas del bombardeo atómico en Nagasaki.

De su mano nació el monumento para presidir esta ya histórica plaza en la que aparece un túnel ovoidal que encierra cuatro estatuas en actitud de rebeldía y el friso semejando la Sierra Maestra, donde se insertan figuras relevantes de la guerra de 1868 y la de 1895, el Yate Granma, una representación de nuestro Ejército Rebelde y José Martí autor intelectual del asalto a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes.

También están aquí las ideas marxistas leninistas de nuestra revolución representadas por Lenin y Martí junto a Frank, Celia, Jesús Menéndez, Paquito Rosales y por último la representación de un campesino y un obrero uniformado.

Ahora la Plaza de la Patria vive un nuevo momento de brillo y esplendor, pues se somete a la remodelación y terminación definitiva, el conjunto monumentario ya recibió el retoque de los artistas, y su escenario junto a un hermoso salón de Protocolo para actos solemnes enchapados en mármol y vitrales, resplandecen en un buen hacer y funcionabilidad.

La amplísima plazoleta de unos doce mil metros cuadrados, se recubre con el granito pulido, y las luminarias potentes y modernas posibilitan su uso en todos los momentos.

La Plaza de la Patria se embellece no solo con la nueva jardinería, las áreas verdes y las nuevas arterias que la circundan, se viste de gala con el sudor que vierten afanados constructores empeñados en declararla lista para su próximo aniversario, que es precisamente el 26 de Julio.

Ya siento en su entorno el bullicio jubiloso que se acerca, el esplendor de las banderas, el brillo de sus luces, la inhiesta llama que se yergue con esa luz que ilumina a todos los cubanos, ya siento su aroma popular, su palabra irredenta, y la mirada de los próceres inscriptos en la piedra de su friso, para verlos andar, y asegurar, ellos hubieran sido como nosotros, nosotros hubiéramos sido como ellos.

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