Por Marisela Presa
Marzo 2 de 2010
La rendición de cuenta de los delegados ante sus electores es en primer lugar un movimiento político.
Los delegados de circunscripción son propuestos y elegidos por la comunidad y representan los intereses de esa colectividad.
Al desarrollar, dos veces, al año la rendición de cuentas ante sus electores, tal y como establece la ley, informan a la comunidad de su acción, en qué han empleado su tiempo, cómo ha sido su gestión, y cuál es el nivel de respuesta que han podido lograr de los asuntos planteados por su comunidad.
El delegado sobre todo tiene una gran responsabilidad, la de estar al frente de su demarcación y lograr con la participación de las masas la solución de problemas colectivos de forma colegiada y con la presencia de esa propia comunidad que puedan tener solución.
El delegado no está concebido para la entrega de productos, recursos, materiales, concepto que tergiversan su gestión política al frente de su demarcación.
Por ello cada rendición de cuenta está llamada a convertirse en un intercambio entre el delegado y sus electores, información, opiniones, criterios, que llegan a través del delegado hasta la asamblea municipal, provincial o al Parlamento, pues es ese mismo representante del pueblo el que ocupa escaños en estos niveles de gobierno.
Cuando el delegado habla, se pronuncia opina, discrepa o demanda en la asamblea municipal está representando a su comunidad, está recogiendo el sentir de su demarcación.
De igual manera, cuando el delegado rinde cuenta de su quehacer, tiene que contar con un elevado nivel de información, sobre todo aquello que las masas requieran conocer, y para ello tiene la facultad de convocar a la rendición de cuenta a las autoridades locales, directivos de empresas u otras entidades a fin de elevar el nivel de respuesta a sus electores.
En la medida que los delegados estén más preparados sobre sus funciones, deberes, y sobre el entorno en el que ejercen su mandato, que estén al tanto y con el máximo de conocimiento de la política del país y de su Asamblea municipal, mejor y mayor eficacia tendrá por tanto la rendición de cuenta ante sus electores y autoridad para promover obras colosales que contribuyan al bienestar de la colectividad.
Esa es realmente la función social del delegado y en tanto es en ese prisma en el que debemos evaluar la eficacia de la rendición de cuenta del delegado ante sus electores. Un encausador y unificador de proyectos e ideas, de prosperidad para la comunidad.
Marzo 2 de 2010
La rendición de cuenta de los delegados ante sus electores es en primer lugar un movimiento político.
Los delegados de circunscripción son propuestos y elegidos por la comunidad y representan los intereses de esa colectividad.
Al desarrollar, dos veces, al año la rendición de cuentas ante sus electores, tal y como establece la ley, informan a la comunidad de su acción, en qué han empleado su tiempo, cómo ha sido su gestión, y cuál es el nivel de respuesta que han podido lograr de los asuntos planteados por su comunidad.
El delegado sobre todo tiene una gran responsabilidad, la de estar al frente de su demarcación y lograr con la participación de las masas la solución de problemas colectivos de forma colegiada y con la presencia de esa propia comunidad que puedan tener solución.
El delegado no está concebido para la entrega de productos, recursos, materiales, concepto que tergiversan su gestión política al frente de su demarcación.
Por ello cada rendición de cuenta está llamada a convertirse en un intercambio entre el delegado y sus electores, información, opiniones, criterios, que llegan a través del delegado hasta la asamblea municipal, provincial o al Parlamento, pues es ese mismo representante del pueblo el que ocupa escaños en estos niveles de gobierno.
Cuando el delegado habla, se pronuncia opina, discrepa o demanda en la asamblea municipal está representando a su comunidad, está recogiendo el sentir de su demarcación.
De igual manera, cuando el delegado rinde cuenta de su quehacer, tiene que contar con un elevado nivel de información, sobre todo aquello que las masas requieran conocer, y para ello tiene la facultad de convocar a la rendición de cuenta a las autoridades locales, directivos de empresas u otras entidades a fin de elevar el nivel de respuesta a sus electores.
En la medida que los delegados estén más preparados sobre sus funciones, deberes, y sobre el entorno en el que ejercen su mandato, que estén al tanto y con el máximo de conocimiento de la política del país y de su Asamblea municipal, mejor y mayor eficacia tendrá por tanto la rendición de cuenta ante sus electores y autoridad para promover obras colosales que contribuyan al bienestar de la colectividad.
Esa es realmente la función social del delegado y en tanto es en ese prisma en el que debemos evaluar la eficacia de la rendición de cuenta del delegado ante sus electores. Un encausador y unificador de proyectos e ideas, de prosperidad para la comunidad.
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