En combate los granmenses para resarcir, en la agricultura, los efectos del huracán Dennis

En combate los granmenses para resarcir, en la agricultura, los efectos del huracán Dennis


Por Marisela Presa

Agosto del 2005



Las fuerzas productivas granmenses han sido convocadas para incrementar las acciones recuperativas en la agricultura que contribuyan a elevar, en el menor tiempo posible, la producción de alimentos y resarcir así los daños originados por el huracán Dennis al devastar plantaciones completas de viandas y hortalizas en la zona sur de la provincia de Granma.

Los organismos de la Agricultura, el Ministerio del Azúcar, la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños y las fuerzas productivas del Ejército Juvenil del Trabajo han sido convocadas para que, junto a sus trabajadores garanticen la alimentación del pueblo con una mayor eficiencia y productividad en las plantaciones en torno a un acuerdo denominado Mi aporte para resarcir los efectos de Dennis.

La roturación de tierras que cuentan con humedad suficiente para el cultivo y la siembra de productos de ciclo corto constituyen prioridades de los granmenses en estos momentos, para lo cual existe toda una estrategia que involucra a toda la provincia, sobre todo a las regiones donde se cuenta con mayores volúmenes de agua y sistemas de regadío con alta tecnología donde los rendimientos pueden ser superiores.

Lo trascendente de este esfuerzo es que desde el mismo instante del paso del huracán el pasado 7 de Julio por municipios costeros de Granma es la voluntad manifiesta de los productores que vieron perdida la totalidad de sus cultivos en restañar los danos, preparar las tierras, y desarrollar con celeridad nuevas plantaciones que les permitan la obtención de productos del agro en un tiempo mínimo.

En la zona sur de la provincia el cultivo del plátano sufrió una total destrucción, las siembras de maíz quedaron destrozadas por la furia de los vientos, los cafetales perdieron sus árboles y la floresta en general resultó gravemente lastimada, miles de palmeras yacen en el suelo mientras que se recuperan las maderas que puedan ser útiles en la reconstrucción de lo dañado.

A menos de un mes del paso del huracán las poblaciones costeras viven jornadas de inmenso esfuerzo, donde se conjuga la voluntad y la solidaridad en la recuperación, pero sobre todo la decisión de vencer la adversidad y continuar el desarrollo de cada una de estas comunidades.