viernes, septiembre 16, 2005

Los granmenses en el empeño mundial de proteger la capa de Ozono

Por Marisela Presa Sagué

Septiembre 17 del 2005



Un programa que en Granma ha constituido de excepcional importancia ha sido sin lugar a dudas la protección del Medio Ambiente, acciones que tienen implicaciones sociales relevantes en un territorio con un frágil ecosistema, y una gran diversidad biológica.

Granma posee riquezas incalculables en cuanto a su flora y fauna, protegida por programas nacionales como los Parques Desembarco del Granma, Turquino, o el del Pico La Bayamesa, varios de ellos con calificaciones internacionales, en la zona serrana perteneciente a la Sierra Maestra.

Otras zona de inmenso valor ecológico lo constituyen los humedales del Delta del Cauto, un refugio de flora y fauna donde residen aves como el Flamenco rosado caribeño (Phoenicopterus ruber ruber), o El Cocodrilo Americano, gatos, reses, perros y cerdos jíbaros, el venado, la jutía conga y el murciélago pescador y las jicoteas, entre muchos más.

Pero la Cuenca del Cauto, que comparten varias provincias orientales, es uno de los territorios donde las acciones de preservación han tenido un impacto realmente trascendente. En esta área, donde reside casi un millón de personas, se encuentran enclavadas también las principales tierras de labor, se han establecido las ciudades y pueblos, así como numerosas industrias que tuvieron gran incidencia en su deterioro.

Los programas de rescate de la Cuenca han ido desde la protección forestal de todo el territorio, las márgenes del Cauto y sus afluentes y embalses además de un fuerte control sobre los residuales agresivos desechados por las ciudades y la industria.

El programa forestal y el de erradicación de residuales agresivos, es uno de los proyectos más relevantes que tiene en la actualidad este territorio, cuya proyección es dotar a la región de una floresta que permita restablecer el equilibrio ecológico, y un desarrollo sostenible del entorno.

El estudio de los problemas medioambientales que puedan afectarnos por parte de especialistas, científicos y escolares, es también una medida esencial de la protección de los ecosistemas granmenses.

Granma no ha estado ajena en ningún momento a las medidas adoptadas por el país para la protección de la Capa de Ozono.

Uno de los aspectos más difundidos ha sido la eliminación paulatina de sustancias agresivas empleadas para la erradicación de plagas en plantaciones de tabaco, tomate y otros cultivos, sustituyéndolos sobre todo por el control biológico y empleando variedades más resistentes que determinen un menor uso de agentes químicos.

El otro programa implantando desde hace ya varios años, ha sido el de la sustitución paulatina y sistemáticas de los freones por el del gas LB-12, para los sistemas de refrigeración industrial y doméstica, un gas muy ecológico que además de no contaminar el medio, se emplea en inferiores cantidades en comparación con el freón-12, del la familia de lo HCFCs (hidroclorofluorocarburos) y el BrMe (bromuro de metilo), que destruye la capa de Ozono.

Cuba ha ratificado el propósitos de entrar al próximo año consumiendo solo la mitad de las 500 toneladas anuales de clorofluorocarbonos (CFCs) que emplea hoy, a partir de los acuerdos del Protocolo de Montreal, sobre al consumo de CFCs en los países subdesarrollados, que han de ir reduciéndose gradualmente hasta prescindir de ellos en el 2010. De este modo el país avanza a buen paso hacia ese objetivo y con probabilidades de la alcanzarlo antes del plazo establecido.

El Ozono es la forma alotrópica del oxigeno (O3),es de color azul pálido y se encuentra en pequeñas cantidades en la atmósfera terrestre. Fue descubierto y nombrado por Schoenbein en 1840, investigador que lo obtuvo a partir de oxigeno sometido a descargas eléctricas intensas, pero en 1861 Addlin estableció, la composición de su molécula a partir de los volúmenes y densidades relativas de oxigeno y ozono.

La capa de ozono es un gas compuesto por moléculas de tres átomos de oxigeno que rodea al planeta tierra en forma de capa que absorbe los rayos ultravioleta y protege al hombre de los efectos negativos de los rayos solares.

Durante varios años, a partir de finales de la década de 1970, los investigadores que trabajan en la Antártida detectaron una pérdida periódica de ozono en las capas superiores de la atmósfera por encima del continente.

Capa de ozono es una zona de la atmósfera de 19 a 48 km por encima de la superficie de la Tierra y se forma por acción de la luz solar sobre el oxígeno. Proceso que vienes ocurriendo durante muchos millones de años, pero los compuestos naturales de nitrógeno presentes en la atmósfera, parecen ser responsables de que la concentración de ozono haya permanecido a un nivel razonablemente estable.

La capa de ozono protege a la vida del planeta de la radiación ultravioleta cancerígena, por ello su importancia es inestimable.

Los científicos se preocuparon al descubrir, en la década de 1970, que ciertos productos químicos llamados clorofluorocarbonos, o CFC (compuestos del flúor), usados durante largo tiempo como refrigerantes y como propelentes en los aerosoles, representaban una posible amenaza para la capa de ozono al ser liberados en la atmósfera.

Por decisión de las Naciones Unidas y gracias a la iniciativa del venezolano, Erick Quiroga, el 16 de septiembre se celebra en todo el Mundo el Día para la Preservación de la Capa de Ozono.

Desde 1974, los científicos han advertido acerca de una potencial crisis global como resultado de su progresiva destrucción, causada por sustancias químicas hechas por el hombre, pero al mundo le ha tomado demasiado tiempo entender estas advertencias tempranas.

Desde 1985, en que se adoptó el Convenio de Viena para la protección de la capa de ozono, seguido de varios acuerdos internacionales como el Protocolo de Montreal en 1987 y enmiendas de Londres, 1990; Copenhague, 1992; Viena, 1995 y Montreal, 1997, se ha logrado un recorte sustancial en la producción de los famosos CFCs (clorofluorocarbonados), principales responsables de la destrucción del ozono.

Según pudimos investigar el satélite europeo Envisat ha indicado que este año el agujero de ozono del hemisferio sur podría ser uno de los más grandes registrados hasta ahora, pues tiene un área de 10 millones de kilómetros cuadrados, aproximadamente el tamaño de Europa.

Si bien se han detectado señales de reducción de su área de pérdida en los últimos dos años, no se espera que se recupere totalmente antes del 2050, sobre todo si los países del llamado Primer Mundo, autores principales de las emanaciones negativas que destruyen al ozono no adoptan y aplican las políticas planteadas para preservar ese ligero alo azul que preserva la vida del planeta.

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