lunes, septiembre 05, 2005

Un nuevo despertar: Comenzaron las clases.

Por Marisela Presa

Septiembre 5 del 2005

Los gallos cantaron un poco más temprano. Tal parece que un rayo de sol los iluminó desde la madrugada para despertar a los que van a comenzar desde hoy una nueva etapa de la vida.


Al lado de la cama, los más preciados tesoros. La carpeta de los libros y el reluciente uniforme planchado por mamá. Y en el corazón de la familia la alegría inmensa de esta jornada.

A las ocho en punto se abrieron las puertas de las aulas, y no quedó ni un solo puesto vacío, en cada local la maestra con la inefable sonrisa de bienvenida, y como esperando la entrada de los pequeños, televisores y computadoras que facilitan hoy la enseñanza en todos los niveles de la educación granmense.

El relato de hoy se repite con exactitud cronométrica en cada hogar, en cada escuela, en cada aula, en cada sitio del llano o la montaña, donde crecen como flores de vida las escuelas.

Pero no quiero decir que este sea solo un privilegio para los mas pequeños. Los de las secundarias y el Pre Universitario, ya van prestos por igual. Y hasta mamá y papá, tienen matricula asegurada para ahora hacer una especialidad universitaria.

En Granma, por cierto, este curso se duplicará la matrícula en la enseñanza universitaria. Ingresan no solo los egresados de los Pre Universitarios, también los que concluyeron su nivelación en el Curso de Superación Integral para Jóvenes, y muchos técnicos que vinculados a sus respectivos colectivos laborales han decidido realizar el estudio superior.

Pero la familia no estaría completa, también están abiertas las posibilidades para las Universidad de personas de la tercera edad que no han querido quedarse a la zaga en tantas y cientos de oportunidades de estudio que hoy tiene el país.


En este esfuerzo colectivo un merecido reconocimiento para constructores, trabajadores de la educación y familiares que han brindado su respaldo para que ya un gran número de escuelas, que fueron dañadas por el reciente huracán que azotó al territorio el pasado mes de julio, cuenten con las condiciones indispensables para que los niños comiencen sus clases.

Es un nuevo despertar. Uno de los más hermosos, el primer día de clases de un curso que demandará esfuerzos y sacrificios pero que también traerá alegría y resultados a toda la familia granmense.