miércoles, septiembre 14, 2005

Para tomar en la mano los sueños, vino a Cuba, Juan de Dios

Una historia que quedó para siempre.

En Chile, “aún se hacen gestiones imposibles para obtener alguna pista sobre personas que desaparecieron de sus familias hace 30 años”.


Por: Marisela Presa Sague
Publicada: 12 de Septiembre del 2005


Para Juan de Dios, aunque su nombre preconiza un tanto el perdón, este no existe para los que en 1973 desataron uno de los genocidios más violentos que ha vivido un país, la imposición del Régimen fascista, el asesinato de su presidente Constitucional y la desaparición de miles de personas por la muerte y el secuestro.

Juan de Dios un niño chileno quien presumía de sus trece años de vida en 1973, dejó de ser un adolescente, a partir de entonces.

¿Se puede Perdonar lo que hicieron los militares fascistas en Chile?

“Personalmente yo creo que no. No, no se puede perdonar. Tampoco se vislumbra en mi el tratar de entenderlo, de comprender el por qué. Yo creo que Chile, en este minuto, quiere tranquilidad, pero esto no se va a poder olvidar nunca. Es una lección muy dolorosa de los que vivimos ese día y los años posteriores.

En mi caso yo tenía 13 años, estaba en Santiago, viví todo el proceso de dictadura en mi juventud, parte de mi adultez, nos hicieron madurar por una parte muy rápido, no pudimos vivir el proceso de un chico de 12 13 15 años, adolescentes.


Tuvimos que madurar porque estábamos en el bloque de la resistencia, en el bloque de los pobres, entonces constantemente recuerdo una frase que decía la junta militar: ‘’para poder salir adelante hay que apretarse el cinturón’’. Y el cinturón significaba escasez de ropa, escasez de comida... "yo tenía 13 años, estaba en Santiago, viví todo el proceso de dictadura en mi juventud, parte de mi adultez, nos hicieron madurar por una parte muy rápido, no pudimos vivir el proceso de un chico de 12 13 15 años, adolescentes.


Entonces nosotros los más chicos, qué hacíamos. Éramos los que vigilábamos mientras los demás adultos, los amigos más grandes pintaban los murales, los que se llaman en Chile los sapos, veíamos si venía la policía o no venía.

De esa manera nos comprometimos un grupo. Yo pertenecía a la juventud obrera católica y nos comprometimos a buscar profesiones que, de alguna manera pudieran ayudar a que las generaciones que venían a entender lo que habíamos pasado.

De ahí nacieron muchos asistentes sociales, profesores actores, de esa manera fuimos, gracias a Dios, cobijados por la iglesia Católica, que en ese tiempo era el lugar donde nos reuníamos y teníamos la libertad de expresar lo que sentíamos.

Fue una etapa muy dura pero en ese entonces el albergue de la Iglesia Católica chilena, en esa época, fue fundamental”.

Aún se buscan a los desaparecidos…

“Aún se hacen gestiones imposibles para obtener alguna pista sobre personas que desaparecieron de sus familias hace 30 años ‘’ las gestiones de las Comisiones que buscan a los desaparecidos ha sido muy fuerte, las madres y esposas, se han cobijado en la fundación Salvador Allende, hay otras organizaciones destinadas a la lucha a través de la Pastoral Obrera, se han puesto a disposición algunos abogados. Yo creo que las agrupaciones quieren en este minuto saber, cómo, dónde y de qué forma murieron sus seres queridos”.

¿Cómo mira el mundo la juventud chilena?

“Mira yo creo que estamos viviendo las consecuencias de la educación dictatorial, yo veo a mi juventud muy desorientada, no tiene los objetivos, los nortes claros donde seguir. Y es donde tenemos que estar los artistas, los profesores para apoyar, motivar, orientar a esa juventud”. Juan de Dios Rey es actor, y director general y artístico de la Compañía de Teatro Boga quien estuvo entre nosotros hace dos años en una gira denominada Pablo Neruda Anda por Cuba, en el centenario del natalicio del poeta.


“En algunos segmentos la educación es muy diferente, entre un estatus social y otro, aunque tenemos los mismos planes y programas pero las dificultades ante el aprendizaje se notan en un segmento más que en otro”.

Un segmento muy vulnerable, son los chiquillos de las escuelas más pobres donde nosotros trabajamos, entonces ellos dicen para que voy a estudiar si al final no voy a tener trabajo voy a estar cesante, no veo el futuro claro, Profe, me decían siempre, de qué me sirve estudiar esta materia si al final voy a tener que agarrar pala, chuzo, y hacer hoyo o hacer alguna construcción y después voy a estar parado en las esquinas.

Entonces hay un trabajo muy fuerte que hacer en Chile. Y hay un grupo de gente, profesores comprometidos, sicólogos, que estan trabajando en distintas fundaciones y apoyando a ese segmento.......

Si, yo creo que hay esperanza en los jóvenes hay que darle el espacio, los lugares para que ellos expresen y muestren que son capaces, creo que en Chile esta faltando un poco eso, escuchar a los jóvenes”.

Juan de Dios Rey es actor, y director general y artístico de la Compañía de Teatro Boga quien estuvo entre nosotros hace dos años en una gira denominada Pablo Neruda Anda por Cuba, en el centenario del natalicio del poeta.

"Nosotros quedamos muy motivados con Cuba, nos gustó mucho esta Isla, a mí me hace recordar como éramos los chilenos antes de 1973, ya después con el imperialismo obviamente, en el mundo globalizado, se va poniendo más individualista, más desconfiado, no conoce a sus vecinos, y la vida es muy agitada en Chile.

Y volver a Cuba es como volver a casa, sentirse libre, con todo el tiempo del mundo para hacer lo que uno sabe hacer, para que el mundo de Cuba lo vea, lo escuche, le diga me gusta no me gusta, era una deuda que teníamos con Pablo y con Salvador, quisimos reflejar con esta experiencia que se llama Maremoto sobre la vida del poeta”, me confesó.

“Queríamos simplemente venir a compartir y no estabamos preparados, es evidente, para las emociones que hemos vivido y especialmente la de este día (11 sept.) tiene mucho valor, de mucho recogimiento pero este acto ha significado potencialmente para mi tener ganas de seguir viviendo, de luchar por lo que uno cree, de luchar por su objetivo y que los sueños, como decía Pablo, uno los pueda tomar en la mano.

Como tantos jóvenes chilenos que vivieron la barbarie del fascismo, hoy cientos de hombres y mujeres condenan una de las formas más deleznables de la condición humana, al fascismo que jamás deberá resucitar y al terrorismo que tenemos que enterrar.

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