viernes, enero 02, 2009

Más de 700 mil granmenses fueron protegidos durante el 2008 frente a eventos hidrometeorológicos

Por Marisela Presa
Noviembre 29 de 2008

Luego de seis meses de tensiones por fin concluye la temporada ciclónica, un período que cada año pone a prueba la capacidad de preparación y respuesta del pueblo y las autoridades ante la amenaza que representan los fenómenos hidrometeorológicos en el área del Caribe.

El período que se inició el pasado primero de junio estuvo matizado por el peligro real que representaron las Tormentas Tropicales Fay y Gustav y los Huracanes Ike y Paloma para la provincia de Granma, que determinaron la protección de 733 mil 258 personas que residían en lugares peligrosos.

Por el norte o por el sur de la provincia se tuvieron en cuenta en especial los lugares bajos a donde llegaban con facilidad las crecidas, los sitios próximos a las cosas, aguas abajo de las presas y zonas que pudieran quedar aisladas, y no solo la geografía sino también el concepto de que solo una estructura de hormigón podría proteger ante los embates de un huracán.

El Consejo de Defensa en Granma con sus estructuras de trabajo en cada territorio asumió en cada momento las decisiones oportunas, gracias a la clara percepción del peligro real que se corría y al asesoramiento oportuno de los especialistas de la Defensa Civil, meteorología, hidrológicos, científicos y políticos que colegiaron las respuestas ante la amenaza de cada uno de los eventos.

Dar prioridad a las personas ancianas, embarazadas, niños pequeños y enfermos es una política de trabajo para los granmenses ante eventos hidrometeorológicos peligrosos, pero además también se evalúa y protegen los recursos del pueblo, sus pertenencias personales y los bienes sociales en escuelas, centros productivos, almacenes y materiales indispensables para después seguir la vida.

Uno de los gestos que igualmente resaltan en esta temporada, como se hace habitual en Granma es la solidaridad, más de 153 mil personas estuvieron al amparo de familiares y amigos residentes en viviendas menos vulnerables, una muestra de la unidad que caracteriza a nuestro pueblo.

Cuando uno valora estos seis meses transcurrido no queda dudas de que el estado socialista no deja ni dejará a nadie desamparado ante ninguna circunstancia, más de 11 mil 600 viviendas sufrieron en este período afectaciones, todas ellas se incluyen en el casi medio Millón que este año, en Cuba estuvieron a merced de la destrucción que dejaron a su paso Ike, Gustav y Paloma.

Los costos para el país se aproximan a los diez mil millones de dólares en poco más de dos meses, donde fue la infraestructura, los cultivos, las producciones, los viales y las viviendas los que más recibieron el impacto.

Los granmenses al termino de la temporada quedan con nuevas experiencias que se estudian y se incluyen en los plantes de enfrentamiento a los desastres, teniendo en cuenta de que desgraciadamenente Cuba está en el camino de los ciclones del Caribe y que habrá que convivir eternamente con ellos, pero con una preparación y una conciencia superior en la percepción del los peligros que ello entraña y claro está, mejor preparación de la población y también de las autoridades que asumen la responsabilidad de protegernos.

Además de la experiencia que nos deja cada evento hidrometeorológico también nos dejó aprovisionados significativamente de agua en la totalidad de los embalses del territorio, que hoy están al 96 por ciento de su acumulado, con más de 901 millones de metros cúbicos de agua, listos para enfrentar el desarrollo agrícola y ganadero, en pos de elevar la producción de alimentos y de contar con reservas suficientes para el abasto de pueblos y ciudades.

Concluye la temporada ciclónica del 2008 un año fuerte para Cuba en materia de huracanes con fenómenos como Ike, Gustav y Paloma que pasarán negativamente a la historia.

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