miércoles, diciembre 14, 2005

Luba


Por Marisela Presa
Insertada al fondo de la bahía, Luba, nombre de un antiguo jefe Bubi, es una original ciudad en la región suroccidental de la Isla de Bioko, en Guinea Ecuatorial, donde la realidad parece plasmada en lienzo, ante la quietud de este inmenso Atlántico del que nos llega sobre el mar el aroma de Cuba.


En Luba, donde prestan sus servicios cinco cooperantes cubanos de la salud, en misión internacionalista, para atender a unas tres mil personas, cuenta con un hospital regenteado por la Orden de las Carmelitas Misioneras que aportan fuerza de trabajo y medicinas a bajos precios.
Varios son los elementos que caracterizan a Luba, el más original de esta pequeña comunidad es un canal paralelo al mar, por donde corre el agua limpia de un manantial nacido bajo las rocas de las colinas circundantes, buscando la salida al océano.


Aquí, haciendo una parodia, como en Venecia, unen sus márgenes pequeños puentecitos, nadan los patos y los niños juegan y se bañan, y las mujeres lavan la ropa y friegan las ollas de la cocina, en un chapoteo de charla constante y comunidad de intereses.


Tres días de estancia hemos tenido para conocerla. En Luba, a casi 50 kilómetros al sur de Malabo la capital de la República Centro Africana de Guinea Ecuatorial, solo se dispone de electricidad unas cinco o seis horas después de las seis de la tarde, para alumbrar las casas, muchas de ellas de dos plantas, de viviendas comunes, con paredes blancas y beige y techos rojizos de zinc a cuatro aguas, para aguantar el desplome de las lluvias que se incrementan entre julio y septiembre.


Al norte el Pico Basilé, con sus tres mil metros de altura, coronado de nubes y laderas que besan el Atlántico aquí del color del acero, al frente la pequeña isla de los Loros y según cuentan los médicos cubanos una familia de delfines que pasan hacia el sur, frente a la costa, y la mirada asustada de los ojos abiertos de la enorme tortuga marina, que sale a respirar muy cerca del muelle.


Al fondo Las Calderas de Luba, un macizo de montañas en semicírculo, un volcán dormido cubierto con selva tupida, entrelazada por lianas y árboles gigantes como la Ceiba sagrada que aparece en sus símbolos nacionales.

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