jueves, junio 07, 2007

Irradian cultura los montañeses de Granma

Durante los últimos ocho años las acciones culturales en el Plan Turquino de Granma han marcado una destacada posición, y constituyen un ejemplo a seguir en el país por sus resultados integrales.

Al evaluar cada período este desempeño se incorporan nuevas acciones al ya creciente número de acciones, que transforman la vida cultural de los serranos, un programa que cuenta ya historias novedosas y singulares.

Recorrer la vista por las montañas de Granma nos hace detenernos en uno de sus proyectos más antiguos, la biblioteca del Oro, en Guisa, con unos 30 años de existencia, institución que ha contribuido a la formación académica y cultural de cientos de familias.

En estos anales merecen singular recordación el ballet y el teatro lírico que desandaron las serranía, y llenaron de admiración a sus pobladores y es que así dejaron sembrado el gusto por los más notables espectáculos de nuestras artes.

Se han unido en el tiempo espectáculos como el que cada año hace recorrer la sierra la Guerrilla de Teatreros, con más de 200 comunidades visitadas cada temporada y miles de entusiastas admiradores animándoles y aplaudiendo.

También los campesinos devinieron en artistas. A las nacientes agrupaciones de conciertos se insertaron y en apenas un año, ya interpretaban con singular maestría. Sacando de los violines y de los bajos, tantas melodías como las que nacían de las criollas maracas, la guitarra o tres, generalmente tocados de oído.

En estas almas sensibles que laten en pobladores del Plan Turquino la cultura tiene un sitio puro donde anidar. Iluminados por el deseo de conocer son animadores constantes en las Feria del Libro serrano y en los festivales de Cine de Montaña, y como expertos actores cuentan ante las cámaras de la televisión serrana, sus anécdotas e historias que marcan la identidad de sus costumbres.

Vale recordar que para lograr en una especialidad tan compleja acreditarse entre las más destacadas del país, no solo requiere de singulares promotores, sino también de un público ávido y participativo que demanda y aporta a su cultura.

En estas zonas montañosas de Granma también se encuentran localizados un vasto número de lugares históricos, que son queridos, preservados así como locaciones convertidas en museos, testigos de importantes acontecimientos de nuestra historia revolucionaria.

El contar con fortalezas semejantes dan la posibilidad a los granmenses de mostrar cada año nuevas realizaciones en el campo de la cultura, en regiones donde no están un anfiteatro o un sala de concierto pero donde se cuenta con un público ávido y sensible, capaz de irradiar, con esa misma luz con que los ilumina, la cultura que hasta ellos llega con la misma intensidad que el sol.

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