martes, julio 21, 2009

Tras la historia de unos polluelos de avestruz


Por Marisela Presa
Junio 8 de 2009

Parecía que trayecto nunca terminaría.
Con una salida a las cinco de la madrugada nuestro ómnibus dirigido hacia el sur realizaba en recorrido hacia el encuentro con las más singulares crías que habíamos conocido hasta el momento.

Llegadas desde el sur África sus progenitores pronto se adaptaron a las agrestes condiciones del municipio de Pilón, una región seca y árida muy similar a las de su habitad nativa.

Sin embargo no era por las aves adultas que desandamos más de un centenar de kilómetros en esta oportunidad.

Ha sido por sus primeros 15 polluelos, nacidos en el sur de Granma los que nos hicieron ir hasta el lugar.

Caminando hacia el oeste por toda la costa la Granja del Avestruz en Pilón es un lugar distinto. Su alto cercado de mallas cuadradas, y esas casetas vestidas de pencas de guano para refrescar del solazo a las familias de aves.

Allí en el sitio viven detrás en tres, un macho para dos hembras, que a solo una semana de estancia en los corrales ya manifestabas sus primeras intenciones de apareamiento.

De ahí nacieron estas primeras crías.
Quince en total, luego de todos los requerimientos en la incubadora inicial, pues donde estará finalmente la máquina de fabricar los polluelos se encuentra en estos momentos en construcción.

El nacimiento de estos pollos ha confirmado la viabilidad de este proyecto en una especie que desde el primer momento mostró su adaptación al medio.

El 21 de junio eclosionaron los huevos tras un proceso de incubación que por 39 días demandó temperatura y humedad estable y cuidados minuciosos.

Claro que el programa de desarrollo del avestruz en Granma ya lleva algunos meses, en noviembre del 2008 son traídos los primeros animales, y el entorno con temperaturas elevadas, terrenos arenosos, y clima semiárido, muy similares a su habitad en el sur del continente africano, les da la bienvenida.

La Granja de Avestruz de Pilón cuenta en estos momentos con 110 animales la mitad hembras y una veintena de ellas ya en reproducción. Claro está que hasta el momento se han recogido más de doscientos huevos, por lo que se proyecta ya incorporar estos cascarones a las diestras manos de los artesanos, que ya realizan diseños novedosos.

Como les contaba una buena parte de las naves están aún en proceso constructivo, sobre todo las incubadoras y cuneros, pero el colectivo apreció la posibilidad de rescatar algunos polluelos. Y ya alimentan las crías con sus propias manos, que les aportan sobre todo experiencias para las venideras eclosiones cuando funcione todo el sistema.

Con talla que sobrepasa los dos metros, cuello largo y ojos atentos y redondos, el avestruz tiene una larga vida que puede llegar a los 80 años, y la hembra más de 40 de vida fértil.

En ellas se pueden logran 45 o más huevos por años, y los animales en su conjunto pueden pesar hasta 300 libras cada uno. Según sus cuidadores pueden aportan cien libras netas de carnes.

Del avestruz puede aprovecharse todo. Plumas, su carne rojiza altamente reconocida, su pico, uñas y cascarones de huevo en objetos artesanales, además de su presencia exótica que atrae por la tonalidad, prestancia y fortaleza.

En Pilón la Granja de avestruz, administrada por la empresa de Flora y Fauna tiene el propósito de alcanzar más de 2 mil 500 animales, con una atención esmerada, logrando un elevado nivel de fertilidad de los huevos y una masa que paulatinamente se irá multiplicando gracias a la constancia y entrega con que los trabajadores de esta unidad crían y atienden a estas enormes aves.

Esta es una historia que solo acaba de iniciarse. En la Granja de Avestruz de Pilón, aquí al sur de Granma, habrá mucho más que contar.

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