sábado, marzo 24, 2012

Eusebio Leal: “La Caridad es como la plenitud: tiene que haber justicia primero y caridad siempre”

El Milagro del Padre Varela es Cuba

Por Ivonne Albelo Medina





Al visitar La Habana se percibe una mezcla de expresiones religiosas que al decir del Historiador de la Ciudad, Eusebio Leal, constituye una fortaleza de la identidad cultural del cubano, que se reconoce en los colores, las comidas, el respeto a las lealtades y en la fe.




A propósito de la visita del Papa Benedicto XVI a la Isla, Eusebio Leal ofreció declaraciones exclusivas a Radio Rebelde.




Hace unos días el Cardenal Jaime Ortega, Arzobispo de La Habana, dijo que el Sumo Pontífice de la Iglesia Católica viene a Cuba respondiendo un deseo de corazón, en su opinión ¿qué trascendencia tiene esta visita a la isla?.


En primer lugar el Papa viene accediendo a una invitación del Presidente de los Consejo de Estado y de Ministros, General de Ejército Raúl Castro y de la Conferencia Episcopal Cubana, de Obispos Católicos de Cuba. Yo pienso que tiene una gran importancia porque en el caso de este Pontífice ha hecho muy pocas visitas al exterior, en relación con su predecesor, que estuvo en Cuba hace ya varios años y que dejó una huella de simpatía y de particular afecto de él hacia el pueblo cubano, acción que fue correspondida como explicó la nota publicada en el periódico. El Santo Padre será recibido con el respeto y la hospitalidad que su alta investidura como Jefe Supremo de la Iglesia Católica tiene, y al mismo tiempo subraya una vez más el carácter de libertad de religión y de culto que existe en nuestro país.


 Como han manifestado distintos líderes de otras confesiones cristianas o no cristianas la visita es bienvenida y es un hecho positivo para un país como Cuba, extremadamente positivo.




Se ha demostrado que en Cuba coexisten diferentes creencias religiosas, ¿cree Ud. que esta mezcla pudiera considerarse como una fortaleza de nuestra identidad cultural?


Son expresiones de la espiritualidad del pueblo cubano que responde a las distintas influencias culturales que fundaron o que forjaron la nacionalidad. Lo que sí creo firmemente es que la fe de los cubanos se manifiesta desde elementos muy sencillos, que pudiéramos llamar animistas, los que tienen fe en el agua, en la naturaleza; los que por pertenecer a sociedades fraternales consideran la existencia de un ser supremo por sobre todas las cosas, hasta aquellos que tienen una fe estructurada en forma de religión.


La palabra religión viene de un vocablo griego que quiere decir religar, atar lo que en un momento oportuno está desatado, es restablecer una relación entre el hombre y el que cree su salvador, entre el hombre y una divinidad, eso conforma un cuerpo de ideas; los distintos elementos que conforman la sociedad cubana tienen expresiones muy disímiles sobre cuál es ese cuerpo de ideas, algunos la identificaron con su propio panteón de la tierra de origen.




El pueblo español muchas veces se cree que es una cultura hermética, cristiana, católica, porque esa es la imagen que nos llega de la conquista. Exactamente igual ocurre con los pueblos de origen africano, todos llevamos a África en nuestra sangre, y sin África no se puede explicar a Cuba, no es que los africanos hayan hecho un acto de simulación para sobrevivir, sino que se produjo un sincretismo como dijo Fernando Ortiz, se produjo una sobreposición de lo que ellos identificaron, o creyeron más próximo a sus propias divinidades y a su propio culto, eso se tradujo en expresiones muy auténticas de la fe popular cubana, de ahí que siempre exista esa especie de dualidad que se reconoce en los colores, en las comidas, en la forma expresión, en el respeto a las lealtades, a la naturaleza, etc.


Las instituciones religiosas ubicadas en el Centro Histórico de La Habana tienen un programa social muy amplio, ¿a su juicio todas esas acciones constituyen una expresión de respeto y cooperación con las instituciones de gobierno en esta posición humanista de la Revolución cubana?


El Estado cubano es un Estado laico, en su constitución refleja el respeto a todas las manifestaciones religiosas de los ciudadanos. En el Centro Histórico existe una pluralidad admirable, yo siempre digo que es una expresión de un ecumenismo real. Es un poliedro de expresiones de fe, lo cual me parece excelente, y todas ellas viven en concordia con las instituciones del Estado, sobre todo con aquellos aspectos de la obra social y humanitaria que desde la Oficina del Historiador se lleva a cabo como parte del proyecto de restauración del Centro Histórico, a nadie se le pregunta cuál es su fe cuando llega con una dolencia o un problema.


Se dice que la Caridad es amor y justicia. ¿Asocia Ud. esos vocablos a lo que representa para el pueblo la Patrona de Cuba?


A mí me parece que sí, porque la Virgen aparece hace 400 años en un contexto social complejo; aparece en el oriente de Cuba, en la zona más feraz y más representativa- pienso- de la naturaleza de nuestro país entre sus diversas expresiones de oriente a occidente; pero oriente, el lugar por donde sale el sol tiene un alto significado para Cuba. Que sea un hallazgo en el mar, subraya el carácter de la isla, el carácter del archipiélago, además de haber sido encontrada por unos pescadores: indígena, negro, españolizados ya en la lengua, pero representantes de la diversidad cultural y étnica que conforman la nacionalidad cubana.


Si tratamos de dividir esos elementos, terminaremos proclamándonos cada uno descendiente de un vientre diferente, el único vientre real es Cuba.


El otro elemento importantísimo es que la Virgen es una Virgen mestiza, expresa la realidad de Cuba, una realidad que ya entonces en un horizonte pretérito se hacía verdad: somos una nación mestiza de la sangre de la cultura, debemos enorgullecernos de eso. Por último, de las tres grandes virtudes teologales, la fe es muy importante, pero San Pablo decía que si tienes una fe tremenda y no tienes caridad, es como una campana rajada, algo que no tiene sentido; la esperanza es muy importante, es grande, porque es el fruto del comportamiento del hombre, es fruto de su trabajo, de su confianza en el porvenir; el hombre no está derrotado, es una criatura creada para triunfar, para vivir.


Pero la Caridad es como la plenitud, tiene que haber justicia primero y caridad siempre. Entonces esa imagen, esa Virgen mestiza que aparece en el mar en medio de una contingencia natural como la tempestad o el ciclón, caracteriza al pueblo cubano y eso de que se haya bordado en su vestido el escudo de la nación tiene un significado porque en años de lucha, de peregrinación, de violencia por alcanzar la libertad y la abolición de la esclavitud ella ha estado allí en el Cobre.


En ese lugar está perfectamente clara la institución esclavista; un sitio donde convivían los esclavos e indígenas, la comunidad autóctona, donde se realizaba el trabajo de extraer el cobre, que es también como un metal mestizo- no es el oro, ni plata, tiene un brillo distinto, un brillo de fuego . La Virgen, a mi juicio, representa todo eso, que haya sido compañera del pueblo libertador; que haya sido reclamado su patrocinio por un grupo de Generales del Ejército Libertador encabezados por Jesús Rabí, un predicador en su juventud. Todo esto tiene una serie de simbologías; los símbolos juegan un papel importante en la historia, son una expresión de la poesía y sin la poesía no se pueden explicar los misterios.


Finalmente, es posible que durante la visita apostólica del Papa Benedicto XVI se oficialice la condición de Venerable al Padre Félix Varela, ¿sería en este caso un acto de justeza?


Es un rumor que viene y creo que el padre Varela tiene todas las cualidades. Nosotros llamamos venerable a los ancianos, a los justos, a los que sean dignos de veneración en el mundo civil. Ahora, en el mundo religioso fue un hombre que se consagró a los pobres, a los inmigrantes; que murió en un grado de sobriedad impresionante. El hombre que había publicado “El Habanero”, el profesor de filosofía, el catedrático en derecho constitucional, tiene una connotación muy grande para Cuba, ya en el siglo XIX, en San Agustín-donde estaba su tumba- lo consideraron “el santo de los cubanos” y Martí sintió por él una especial reverencia, respeto y veneración. De todas formas, a veces los procesos de beatificación son muy largos, hay quienes esperan siglos por un milagro. Yo pienso que el milagro de Félix Varela, el milagro del padre Varela es Cuba.



(Tomado de Radio Rebelde)